martes, 15 de enero de 2013

2012-12-30

Una vez más el destino se trunca a su antojo y sin previo aviso. Pensábamos salir de Essaouira hoy por la mañana, pero nos hemos encontrado con que los cajeros nos dan problemas con la tarjeta, en lugar de dirhans. Causalmente, es domingo y los bancos permanecen cerrados. Tenemos un billete en euros, pero las oficinas de cambio también están de domingo.
Bien por la mañana, nos hemos acercado al puesto de zumos de naranja para, al menos, alegrar el paladar y el gusto del día  Jorge, un joven "lusentino" y su arte, esperaba a su zumo y en seguida ha reconocido nuestra procedencia. Hemos empezado a charlar y nos ha guiado a una tasca de su gusto (que ha coincidido con el nuestro) para tomar un té. El día tomaba otro color. Nos ha contado cómo se quedó él en Essaouira y nos ha aconsejado visitar esto y aquello.
Justo a las doce había quedado con un matrimonio asturiano para echar el día con ellos. Nos hemos encontrado todos en la plaza del reloj. Cosas de la vida, el hombre con el que había quedado Jorge iba a sacar dinero de un cajero, así que solo hemos tenido que pedirle que sacara de más a cambio de nuestros euros. 
Volvemos a ser ricos en Marruecos... al menos por un par de días, tres. A ver si mañana conseguimos arreglar el asunto de la tarjeta.
Por lo que respecta a nuestro fracasado plan A, hemos vuelto a repensarlo, porque al fin al cabo, no es tan desafortunado quedarse atrapado en Essaouira...

















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