miércoles, 14 de noviembre de 2012

2012-11-14 Un poco de luz sobre la menstruación

Hace algunas semanas estuvimos en Lakabe. Esta vez nos acercamos porque Rosa, la profe de yoga del lugar y una hermosísima persona, propuso un taller de "yoga y el ciclo menstrual femenino". Nos juntamos unas 25 mujeres, aproximadamente, para hablar de esa gran desconocida que es la regla. Jóvenes, menos jóvenes y no tan jóvenes compartimos nuestras intimidades para ir entendiendo mejor lo que nos pasa dentro, y por ende, fuera, durante el periodo y durante el resto de nuestro ciclo. Algunas ya iban bien cargadas de información sobre el tema, otras coincidieron en el taller casi por tropezón y sin haberse enterado muy bien de lo que allí iba a acontecer, pero todas descubrimos cosas sobre nosotras que no sabíamos y, sobre todo, nos acercamos al verdadero corazón de la mujer: el útero. 
El útero, como cualquier otro órgano, tiene vida propia y cumple sus funciones, pero además es la matriz de toda nuestra especie y simboliza la creación de la vida. ¿Pero qué sabemos sobre su funcionamiento? ¿Por qué aún hoy la menstruación sigue relacionándose con suciedad, dolor, incordio, cabreo y altibajos emocionales entre otras calificaciones negativas? 
Por ignorancia, por egos y/o por apegos. 
La mujer es cíclica, lo que significa que nace, crece, madura y muere cada mes (más o menos). Esto se puede entender observando la actividad de los óvulos, que así como lo hace la luna, nace desde cero cada mes -preovulación-, logra su momento culminante -ovulación-, empieza a prepararse para decrecer -premenstruación-, y desaparece -menstruación-. Resulta que dependiendo en qué etapa del ciclo nos encontremos, simplemente somos diferentes personas, con diferentes gustos, diferentes personalidades y diferentes preferencias. 
Es difícil aceptar que dentro de nosotras haya tanta gente diferente; es difícil darse cuenta, pero una vez  que empezamos a observarnos y a conocernos, todo el proceso comienza a normalizarse. Me gusta ese ejemplo que ilustra, cómo cuando se enciende una luz, las tensiones y/o los miedos, desaparecen:
En este ejemplo se compara el tomar consciencia con encender una luz. En una cueva totalmente cerrada donde no vemos nada porque todo está oscuro si nos movemos podemos caer, tropezar, quedarnos quietos por temor...., solo necesitamos encender una luz para saber de lo que se trata, para poder dar pasos a partir de ese espacio "de información consciente" que nos otorga la luz.
Pues bien, cuando una empieza a observar el proceso de su ciclo, enciende una luz, es decir, la luz de la consciencia; una se hace consciente de lo que le está pasando y empieza a actuar en la vida diaria teniendo en cuenta su nuevo conocimiento. Lo que le ayudará a pasar por él (el ciclo completo) con mayor acierto.
Si eres mujer te animo a que te conozcas mejor, a que observes cómo cambia tu estado dependiendo de la etapa en que te encuentras, a que te tomes unos minutos al día para anotar en qué día de tu ciclo te encuentras y cuál ha sido la emoción o sensación predominante de ese día. Se empieza a contar el primer día de menstruación, y de ahí en adelante se va sumando hasta que llegue la siguiente menstruación, que volverá a ser el día 1 del nuevo ciclo.
Si eres hombre te animo a que animes a las mujeres que te rodean a que lo hagan. Cuanto mejor estén ellas, mejor estarás tú también. Esto afecta a todo el mundo: unas lo "sufren" de primera mano, otros de segunda.

Todo este tema me interesa muy mucho y me entusiasmo al hablar de él. Por eso voy a dejarlo por hoy, aunque no dudo de que volveré con más información interesante para la salud y el bienestar de la mujer, y en consecuencia, para el hombre.

Tengo la certidumbre de que lo que me sirve a mí, le sirve a alguien más.