miércoles, 6 de febrero de 2013

2013-02-06 árabe

Estoy aprendiendo árabe. Al de una o dos semanas de llegar de Marruecos, me dieron inmensas ganas de aprender árabe... el volver a chapurrear un par de palabrejas después de tanto tiempo, me volvió a despertar esa preciosa curiosidad que te pica para que decidas ir a por ello. Para empezar pensé que podría hablar con los marroquíes que trabajan en la frutería. 
Otro día paseábamos con Hulk y pasamos por delante de su puerta, así que sin pensármelo dos veces, entré decidida al establecimiento y le pregunté al tendero si conocía alguien a quien le interesara recibir clases de euskera, y seguido me contestó que un amigo suyo y él mismo querían aprenderlo. Les ofrecí un trueque de idiomas, euskera por árabe. Sonrió porque le gustó la idea. Todo empezó con maravilloso pie. 
Solemos quedar los sábados por la tarde con ellos para intercambiar una hora de euskera por otra de árabe, y ya me he aprendido el alifato.
Me encanta la caligrafía, es misteriosa y juguetona, pero con la fonética me pierdo un poco... Sonidos provenientes de extrañas partes de la garganta que ni siquiera sabía que estuvieran ahí. Pero poco a poco buena letra, ¡y entusiasmo no me falta! ¡así que con un poco de voluntad la próxima vez que vaya a tierras de parla árabe, podré hacerme entender algo mejor! 
¡Qué grande la vida y sus posibilidades!