viernes, 21 de diciembre de 2012

2012-12-21

¿Cómo puedo juzgar a nadie, si no me juzgo a mí primero?
Se pasa la vida sintiéndome dueña de la verdad, pero casi todas las verdades que me rodean han sido tejidas por juicios: míos propios, o peor aún, de alguien que no conozco, probablemente llamado hoy sociedad, y cuyos pensamientos acato como propios.
¿Y dónde queda la voluntad? 
Debería trabajar la voluntad, aunque no creo que sirva de nada si no existe entusiasmo.
Observo que tanto el entusiasmo como la voluntad comienzan con el verbo "querer". La base del entusiasmo es el querer, y la voluntad, el movimiento que surge al proponerme fluir en ese entusiasmo. Si me sirve de guía, la voluntad barrerá los miedos y cada vez sabré mejor lo que quiero.
Pero, claro, todo esto no me sirve de nada si no empiezo a preguntarme qué quiero, qué deseo, qué sueño, y si no separo mis propias verdades de las ajenas. Solo yo sé qué me hace feliz, pues solo yo puedo sentir mi felicidad, así que si no me entusiasma mi propia felicidad no habrá voluntad de felicidad que ordene mi vida.
Solo si comprendo esto empezaré a desprenderme de los juicios, propios y ajenos. Y tengo la absoluta certeza de que en el fondo lo comprendo todo, solo que aún no llego a ver ese fondo porque está telarañado de borrosos juicios.
Y, sin embargo, me da igual, tampoco lo juzgo. Sé qué quiero, sin saber cómo lo quiero, y me tambaleo hacia ello. Todo está donde tiene que estar y así lo acepto.

jueves, 20 de diciembre de 2012

2012-12-20

Para ser el último día antes del fin del mundo, hace un día de cajones. Por si acaso, aprovecho este día para estar a gusto, y planificar lo que tengo que hacer para que todo fluya. En verdad, tampoco es que haga nada que no haga el resto de los días, al fin y al cabo, aunque no se vaya a acabar el mundo mañana, no sé cuándo acabaré yo... que aunque tenga la sensación de que aquí tengo que hacer algo más, no tengo ni idea de cómo me vendrá la muerte. Esa gran desconocida y que tanto asusta. Llega a ser casi un tabú en la calle. 
Pues yo ya lo le temo, o bueno, sí, pero no de la misma manera... soy consciente de que esto lo aseguro cuando estoy sentadita en el sofá, mientras el sol que entra por la puerta del balcón, que está abierta de par en par, calienta a Hulk que está esparcido en la alfombra y este casi se mimetiza en el entorno. También soy consciente de que si estuviera colgada boca abajo desde un precipicio rocoso, a manos de un loco que me sujeta únicamente desde el tobillo izquierdo, la cosa cambiaría... pero bueno, aquí y ahora, me presento tranquila ante la dama de la muerte. Al fin y al cabo, si Dios es la unidad de todas las cosas existentes, existidas y por existir, la muerte también entra dentro... si nacemos morimos... a veces me siento tan lúcida que no entiendo que temamos morir. Me imagino que antes de nacer estamos también hechos un ovillo de temor... porque no sabemos a dónde venimos. Siempre pasa igual, hasta el cambio más pequeño que se avecina a nuestras vidas, nos duele de alguna manera... estamos demasiado apegados a todo lo que nos rodea y sobre todo a todo lo que creemos ser. 
Sin ir más lejos, antes de salirnos lo del yoga, el establecernos en algún sitio me echaba para atrás... ¿por qué? porque simplemente no tenía ni idea de lo bien que me iba a ir. Algunas veces me pierdo como cuando estoy de viaje, y otras me encuentro, y cada vez que lo hago, respiro y soy feliz. 


martes, 4 de diciembre de 2012

Qué a gusto se está, cuando se está a gusto

Llevamos una vida la mar de sencilla y no podría estar más a gusto. Soy feliz. Me levanto a las nueve más o menos, casi sin despertador, pues mi reloj biológico se ha acostumbrado con facilidad. El día transcurre sosegadamente. A parte de las seis sesiones de yoga semanales, no tengo ninguna otra atadura, así que me resta mucho tiempo para dedicarlo a lo que quiera. Y resulta que lo que quiero es cada vez una cosa diferente! Pero no me importa. Creo que estoy aprendiendo a aceptar que soy una de esas personas que se interesan por los saberes o proyectos nuevos, que empiezan un montón de cosas y ¡ya les gustaría acabar con la mitad!
Y en eso transcurren mis horas. Aprendiendo nuevos nudos de macramé, inventando cutre-muebles, leyendo, dando tumbos en la huerta de mi aita para maravillarme cada vez de la increíble fertilidad de nuestra  ama-lurra, escribiendo, soñando, disfrutando de la cercanía de la familia... siempre al lado de Gorka, compañero de viaje en este venir.
Además últimamente hemos recibido muchas visitas, por lo cual nos hemos sentido la mar de agradecidos. Hacía mucho que no sentía eso de ser anfitriona y guía en mi casa. Durante largo tiempo he tenido la fortuna de ser huésped bien recibida por cientos de gentes diversas por aquí y por allá... Y ahora que mis maletas ya no marchan, son los que conocí durante ese largo tiempo, los que vienen a visitarnos a casa.
Podría pedir más, pero, simplemente, no quiero.

¡Gracias Vida!

miércoles, 14 de noviembre de 2012

2012-11-14 Un poco de luz sobre la menstruación

Hace algunas semanas estuvimos en Lakabe. Esta vez nos acercamos porque Rosa, la profe de yoga del lugar y una hermosísima persona, propuso un taller de "yoga y el ciclo menstrual femenino". Nos juntamos unas 25 mujeres, aproximadamente, para hablar de esa gran desconocida que es la regla. Jóvenes, menos jóvenes y no tan jóvenes compartimos nuestras intimidades para ir entendiendo mejor lo que nos pasa dentro, y por ende, fuera, durante el periodo y durante el resto de nuestro ciclo. Algunas ya iban bien cargadas de información sobre el tema, otras coincidieron en el taller casi por tropezón y sin haberse enterado muy bien de lo que allí iba a acontecer, pero todas descubrimos cosas sobre nosotras que no sabíamos y, sobre todo, nos acercamos al verdadero corazón de la mujer: el útero. 
El útero, como cualquier otro órgano, tiene vida propia y cumple sus funciones, pero además es la matriz de toda nuestra especie y simboliza la creación de la vida. ¿Pero qué sabemos sobre su funcionamiento? ¿Por qué aún hoy la menstruación sigue relacionándose con suciedad, dolor, incordio, cabreo y altibajos emocionales entre otras calificaciones negativas? 
Por ignorancia, por egos y/o por apegos. 
La mujer es cíclica, lo que significa que nace, crece, madura y muere cada mes (más o menos). Esto se puede entender observando la actividad de los óvulos, que así como lo hace la luna, nace desde cero cada mes -preovulación-, logra su momento culminante -ovulación-, empieza a prepararse para decrecer -premenstruación-, y desaparece -menstruación-. Resulta que dependiendo en qué etapa del ciclo nos encontremos, simplemente somos diferentes personas, con diferentes gustos, diferentes personalidades y diferentes preferencias. 
Es difícil aceptar que dentro de nosotras haya tanta gente diferente; es difícil darse cuenta, pero una vez  que empezamos a observarnos y a conocernos, todo el proceso comienza a normalizarse. Me gusta ese ejemplo que ilustra, cómo cuando se enciende una luz, las tensiones y/o los miedos, desaparecen:
En este ejemplo se compara el tomar consciencia con encender una luz. En una cueva totalmente cerrada donde no vemos nada porque todo está oscuro si nos movemos podemos caer, tropezar, quedarnos quietos por temor...., solo necesitamos encender una luz para saber de lo que se trata, para poder dar pasos a partir de ese espacio "de información consciente" que nos otorga la luz.
Pues bien, cuando una empieza a observar el proceso de su ciclo, enciende una luz, es decir, la luz de la consciencia; una se hace consciente de lo que le está pasando y empieza a actuar en la vida diaria teniendo en cuenta su nuevo conocimiento. Lo que le ayudará a pasar por él (el ciclo completo) con mayor acierto.
Si eres mujer te animo a que te conozcas mejor, a que observes cómo cambia tu estado dependiendo de la etapa en que te encuentras, a que te tomes unos minutos al día para anotar en qué día de tu ciclo te encuentras y cuál ha sido la emoción o sensación predominante de ese día. Se empieza a contar el primer día de menstruación, y de ahí en adelante se va sumando hasta que llegue la siguiente menstruación, que volverá a ser el día 1 del nuevo ciclo.
Si eres hombre te animo a que animes a las mujeres que te rodean a que lo hagan. Cuanto mejor estén ellas, mejor estarás tú también. Esto afecta a todo el mundo: unas lo "sufren" de primera mano, otros de segunda.

Todo este tema me interesa muy mucho y me entusiasmo al hablar de él. Por eso voy a dejarlo por hoy, aunque no dudo de que volveré con más información interesante para la salud y el bienestar de la mujer, y en consecuencia, para el hombre.

Tengo la certidumbre de que lo que me sirve a mí, le sirve a alguien más.






miércoles, 31 de octubre de 2012

2012-10-31 Seguir escribiendo

Otro espacio que empieza desde cero. De nuevo, infinitos caracteres por entrelazar y hojas en blanco por destapar.
El 28 de mayo de 2006 escribía mi primera entrada en "Kanada nere begietatik". Lo que duró algo más que año y medio. Nuevos territorios por descubrir, corazones que encontrar y una experiencia, que como todas, cambiaría mi vida por completo.
El 31 de enero de 2008, sin más motivo que el de ahora, es decir, por el puro placer de escribir, comenzaba otra bitácora, otro diario, otro blog. Y no me faltó qué decir, o cómo contarlo. Me alargué por un año. Y la verdad, es que no tuvo final. Se acabó sin que yo me percatara. Así como para terminar el blog anterior, sentí que aquella etapa se cerraba, cuando escribí la última entrada de "Nire munduko ilargian", no supe que aquellas palabras serían las últimas. Simplemente, lo fueron.
A esto siguieron casi dos años de sequía bloguera. Lo que tampoco fue una sequía premeditada, simplemente pasó y listo. Cierto, ese tiempo lo empleé para leer más, y leer de lo que realmente me importaba en aquel momento. Conocí el yoga, y me vi inmersa en un mundo de automejora, de evolución espiritual, empecé a ser consciente de quién no era, si bien es cierto que me perdía si intentaba saber quién era.
Supongo que este periodo de asimilación tuvo mucho que ver con que decidiera junto a Gorka embarcarme en un viaje, que por vez primera no tendría ni plan, ni meta, ni fin.
"Creer para ver" llegaría como síntoma de la decisión de viajar. El 7 de noviembre de 2010, volvía a liberar mis palabras en este espacio virtual, con la intención de compartir nuestro viaje con quien quisiera leerlo. El viaje se extendió casi por dos años, y el blog también. Esta vez, volví a sentir la necesidad de cerrar el blog, aunque para nada tenía intención de dejar de escribir.
Y hoy es el día en que abro este nuevo recoveco. Me vienen miles de ideas que quiero meter en él, pero lo voy a dejar aquí, por ahora. Esta entrada tan solo quiere ser un enlace a lo anteriormente escrito. Ya que toda la secuencia de frases que precede, no existiría si no hubiera escrito todo lo que he escrito en el pasado, y no solo sobre papel, sino también sobre la vida.